17 de junio de 2009

MANUEL MATA GIL

Hablar de Manuel Mata Gil, joven artista extremeño, es lo mismo que celebrar la portentosa capacidad de ensamblar y coordinar poéticas que van en busca del destino del hombre, preguntándose por una realidad que se sumerge en la fantasía del dolor o el alborozo, en la quimera de una ventura deseada o en el infortunio de un tiempo de aflicción y ruina.

Sabe obtener de los innumerables materiales que selecciona y utiliza la ductilidad de un verso, la rima sutil que no desprecia al objeto, la composición cuyas formas manejan la fuerza del símbolo y la energía de una cosmovisión plástica.

Tanto su escultura como su pintura, mediante el procedimiento del collage, formulan el manifiesto de un ideario estético que emplea lo irracional como vía de aproximación a la conciencia de lo verdadero, de lo esencial.

De los útiles, artefactos, adminículos, de la materia múltiple en definitiva, consigue una visualización impredecible a través de un juego de asociaciones ilógicas y en un espacio que sigue estructurándose en lo pintado o en lo tallado como si estuviese siempre inacabado, necesitase una continuación, de tal forma que el espíritu que le ha infundido estuviese constantemente alerta para dar vida a lo dormido, lo ajeno, lo arrinconado o perdido, hasta alcanzar una obra que hace viable el conocimiento del significado lírico inmanente a partir de su construcción en imágenes que incitan a la mirada a nunca dejar de ver.

Humberto y yo pusimos en nuestra esquina del malecón un muro de espuelas de gallo, cuernos, collares de semillas y caracoles. Estábamos temerosos de los presagios de las lechuzas anunciando apagones y hambre, aunque una prieta bien renegrida nos auguró un destino de muslos utópicos y de ron añejo. Esta noche las sombras aullaron para detener el viento.




1 comentario:

  1. G rato es escucharte,
    O bligado es leerte
    Y sentirte es
    O rbe.
    Manuel Mata Gil
    manuelmatagil@gmail.com
    645 867 161

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