15 de julio de 2009

JOHN CHAMBERLAIN (1927) Y CÉSAR BALDACCINI (1921)

Junk Art se ha denominado a esta corriente artística que toma como objeto de su trabajo los residuos industriales (especialmente las carcasas de coches). Y en ese sentido es muestra evidente que el arte contemporáneo lo integran múltiples opciones, tantas como los innumerables conceptos, contextos y direcciones que pueden confluir en un pensamiento centrado en la especulación y la investigación. Ya no existen delimitaciones ni cánones ni manuales, todo puede ser útil, todo es materia apta para obrar con ella.
Por otro lado, la sociedad genera una constante renovación técnica y tecnológica, social, cultural e ideológica, que da pié al análisis de posibilidades y oportunidades en todos los órdenes.


Por consiguiente, la obra de César Baldaccini, francés, y John Chamberlain, norteamericano, se formula como producto de un entorno que vehicula una filosofía estética basada en la recuperación plástica de aquello destinado a ser escombro, un cambio de perspectiva conceptual de la que no estaban muy imbuidos aquellos operarios de la limpieza de Nueva York cuando tiraron al camión de la basura una de estas "compresiones" que se encontraba a la entrada de una galería.
Lo cierto es que la plasmación física de estas propuestas desprende fantasías ópticas imprevisibles y que por lo insólito de su constitución atraen y siembran inquietud y reflexión.
Hjos de la impotencia que cada día muere al llegar la noche, Humberto y yo, hoy, caminamos hacia nuestra esquina sagrada del Malecón llevando un rabo de caballo a nuestras espaldas, además de un pequeño corazón y una calabaza con una mecha encendida. Son señales de aflicción por el destierro de unos habitantes que han dejado de vivir en nuestras mentes. Cuando haya que pintarlos se habrán deshecho en cenizas y éstas estarán frías.



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