11 de marzo de 2010

  • Esta impresionante instalación es un mapa físico y geológico de un territorio que todavía estuviese en una fase plena de exploración.
    • El chino SHUN, quizá influido por esa gran masa continental de la que procede, juega a imaginar y representar su fisonomía como una superficie plagada, en su desnudez, de recónditos secretos impenetrables a causa de una orografía áspera y desecada.

      • No hay figuras humanas pero sí sus huellas, como si fuesen ellas mismas más importantes y válidas para escenificar una alegoría de lo creado o formado natural y artificialmente. En esa extensión visual, punteada de accidentes y construcciones, se manifiesta, con un solo foco de luz, un entorno ficticio no muy lejano de nuestras coordenadas geográficas, con el único fin de que como espectadores no sólo nos rindamos ante su despliegue sino que también nos preguntemos por el enigma que al final nos interroga sin descanso.


        • No cabe duda de que es una obra muy efectista pero también es un vehículo para contemplarlo como parte incorruptible -no como el famoso tiburón tigre- de una belleza estética.

      • El Malecón se ha acercado a mi amigo Humberto y le ha dicho lo que el hermetista cristiano Louis Cattiaux había anticipado:
      • "Aquél que modela la luz a su voz es quien dispone de ella concentrada y puede crear conmigo, que soy Dios".






No hay comentarios:

Publicar un comentario