17 de julio de 2010

HANNAH HÖCH (1889-1978) / ¿QUIÉN ES EL ÚLTIMO EN SUBIR?

  • El Dadá es el caos y hay que poner cierto orden, pero sin que la vorágine y la anarquía se detengan. En estas obras se deben permitir todas las licencias porque de lo contrario no habría claridad y coherencia, elementos de fondo que constituyen la simbiosis interactiva de estos fotomontajes.
    • La alemana HÖCH quiere que la yuxtaposición de planos abarque todo un mundo visual, el mismo que ella comparte, sufre y rechaza más que acepta. La desfragmentación -un camino de ida y vuelta- ha de tener la máxima elocuencia porque es el resultado de un proceso que lo ha visto y después lo ha sintetizado.

      • Con esas imágenes nos adentramos en el tiempo y la realidad de una iconografía que se debate por ser una verdad marcada y sellada, consiguiendo que la misma naturaleza de su visión transfiera a nuestra mirada el hecho de contemplar una existencia colectiva.


      • Contemplación a manera de pedazos vitales cuyo ensamblaje dinámico nos hace más intuitivos para observar la plasmación y lucidez del desorden y el desconcierto, así como la lucidez que entraña su formulación y contextura.





        Mi amigo Humberto ha buscado por todo el casco viejo un trópico de Capricornio para integrarlo en su obra. Cuando lo encontró El Malecón lo rechazó, le dijo que era una pieza de influencia nociva para las gentes del territorio, mejor que siguiesen sin saber que todavía no habíamos llegado a conquistar el hemisferio austral, había que dejarlo en el horizonte y vencerle imaginariamente en la distancia.



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