7 de septiembre de 2010

ENRICO BAJ (1924-2003) / EL OCASO DE LOS HOMBRES

  • ¡Quién dijo miedo se murió la víspera y escarmentó cadáver! Ésta debería ser la divisa del italiano BAJ, fundador del movimiento de arte nuclear. Muy suyo eso de los manifiestos, discursos, proclamas, alocuciones, para expresar la parodia de las sombras que han quedado en el tiempo

    • No nos confundamos, no son sueños ajenos sino propios, que no tienen nada de fantasmas, tampoco de comediantes y figurantes, quizás sí de bufones retratados, de chufleteros carroñeros y depredadores.
      • Y la visión de este artista, de colores tan precisos como alterados o excitados, es dejar estas carcasas al desnudo, impedir que la historia se las lleve sin un mínimo ajuste de cuentas. Por eso, el origen de su caligrafía es nuestra propia piel, las soledades de borracho, un pacto plástico de luz y sangre y la implacable espada de un destino que nos ha reventado.



        • El espectador se quedará con la mirada entre sarcástica y burlona, pero con la memoria desolada y el sufrimiento envejecido. ¿Será que la oscuridad, como un espejo, nos devuelve la imagen que le entregamos?



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