8 de septiembre de 2010

JUDY CHICAGO (1939) Y MAGDALENA ABAKANOWICZ (1930) / LO TANGIBLE E INTANGIBLE

  • ¿El arte ya es un artículo comercial más y lo peor de todo, que acumula la banalidad, la vulgaridad de tal carácter? Viene eso a cuento de que, según algunos especialistas y hasta artistas, lo único que hace falta para ser artista es tener un concepto. Con lo cual todas las personas podemos ser artistas, pues ¿quién es incapaz de concebir un concepto?
    • Entonces ¿hay criterios serios para determinar lo que es el arte? Para Stella, el Museo de Arte Moderno se ha convertido en un establecimiento de entretenimiento comercial que confiere al arte avanzado de hoy el estilo de una fiesta popular.Y Donald Kuspitt retoma y aclara esta tesis escribiendo que ver el arte moderno por entero en los términos cotidianos de personas, lugares y cosas lo socava por completo, pues niega que sea puro arte.

      • Y Stella insiste en que la creatividad es el medio de escapar, el recurso de tener un pie en lo cotidiano pero trascendiéndolo mediante su recreación en términos estéticos. Duchamp, a través de la ósmosis estética, hacía que objetos comerciales cotidianos se transformasen en obras de arte evocativas y atractivas y además conseguía que la transferencia del artista al espectador se produjese por medio de este fenómeno.


  • Esta introducción viene a cuenta de estas dos autoras, la americana Chicago y la polaca ABAKANOWICZ (a la que ya me he referido en otra ocasión), cuya obra abre y concierta unos particulares autoencuentros con ese mal llamado concepto, que evidentemente está incardinado en su trabajo, y con la mutación vertida de unos sentimientos y emociones que están pidiendo su propia trascendencia, ya se hayan o no trivializado al desembocar en su propia representación.




    • Para la polaca el escenario es formación y orden y no sabemos si nos hace un favor: nos deja sin cabeza, con lo que podemos imaginarnos como robots sin cerebro que, en cambio, ofrecen unas magnificadas imágenes plásticas de sumisión, arrepentimiento, obediencia. Y, también, son un tanto decorativas esas alineaciones que nos permiten introducirnos y avanzar entre ellas. No nos transmiten calidez y acercamiento, es cierto, mas subrayan la cualidad negra fruto de la reflexión o del concepto o simplemente del aura material con la que ha sido dotada esta exhibición escultórica.



      • Bien es cierto que si podemos sentir su automatismo tal impacto no incurre en el agobio. Si analizamos su contexto, entonces sí empieza a tomar forma otra dimensión en el cálculo de nuestra mirada, que trata de conjugar lo similar con lo indefinible. Aunque al final el secreto es lo que nos llevamos, porque no sabemos si esa transferencia lo necesita o quiere dejarlo para que nosotros lo sigamos viendo así.






        • La americana, famosa feminista, nos invita a una cena que nos remite a otra. ¿Hay una intención determinada o es otro concepto diseñado para buscar más la idea que el efecto visual? La puesta en escena esconde múltiples significados, unos evidentes, otros escondidos entre penumbras, las que nos hacen jugar con la contemplación sin ponernos en peligro. Quizás el riesgo resida en considerar la elaboración de estas obras suyas con un sentido estético religioso o cuasi religioso, o por lo menos, sus referencias nos retrotraen hasta esa simbología estética. Con la cual puede, cierto es, operarse utilizando modos y procedimientos de experimentación que además de su implementación plástica refuerzan un fondo ideológico o su reverso, como puede ser al tratarse de este supuesto.






          • Amigo Humberto, te has fijado que cuando entramos en El Malecón ya no dejamos huellas. Eso es porque ya no tenemos pies, me contesta. Así no podemos escapar. ¿Escapar de dónde y adonde? Pues a por otra piel y más ron ¿para qué si no?

















1 comentario:

  1. Solo quería informar que esta artista en sus obras nos habla de la incursión alemana que sufrió de niña y entrando físicamente en sus obras se puede entender el sentimiento de impotencia que sintió ella de niña, por eso sus obras son tan grandes i tienen tantas figuras.

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