28 de febrero de 2011

DOROTHEA TANNING (1912) / REHACERES

  • Rehice mi tiempo y mi mundo en otros cosmos y conforme a otras dimensiones. Son fantasmas que heredé y me pusieron en los ojos la plenitud de su pintura. No obvié los trámites, antes necesitaba pulirlos con la magia técnica de la quimera.
    • Y cuando llegó la singladura, la norteamericana TANNING, compañera y cónyuge de Max Ernst, concibió la forma de llevarla a cabo, configurarla desde la vertiginosidad que le es propia, suya y festejada.

      • A nosotros, espectadores, nos transmite los acordes de unas melodías visuales que completan escenarios y espacios en los que percibir matrices y destinos. Todo encuentro sobre sí misma resulta una confrontación desnuda que se plasma con una infinita sensualidad, en la que la representación se vacía en éxtasis de deseos imposibles, que también son los de todos. Pero por ese motivo, únicamente por él, nos los ha dejado ver.


        • Redondo el hombre, egocéntrico como un paraguas radiado en ásperos cuchillos, espera en su furioso girar clavar y desmenuzar a Dios (Alberto Vigil-Escalera).




1 comentario:

  1. Hermoso este blog, gracias por lo que plasmas, te agrego para seguir viendolo, un saludo!

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