6 de junio de 2011

OSVALDO LICINI (1894-1958) / SE PUEDE SEGUIR PINTANDO HASTA DESPUÉS DE MORIR


  • El artista, a partir de su experiencia personal y plástica, ha de ser capaz de dispersarse en todo lo que conoce, ser todo lo que puede sentir. Y sentirlo todo. Entonces su experiencia es universal e intemporal (La Camama).


    • Ejemplo de ello es el italiano LICINI, vitalidad concentrada en un sueño etéreo, animado, de cielos abiertos azules, negros, rojos, de ámbito oníricos en los que nuestras sombras blancas flotan y nos esperan.



      • Sobre ese misterio que nunca agoniza, su pintura es una bahía que sirve de refugio para que esas cromáticas conjugaciones maquinen esplendores, mapas cósmicos, y unos pobladores de movimientos fugaces que dejan estelas que les proporcionen el regreso por nuevos caminos.



        • Es un poema exultante esa sencillez desnuda, ese sentido de acentuar lo mágico sin apenas señalar el objeto y su cúmulo, lo pluriforme y su hacinamiento, el vertido y su configuración espacial.



          • Por eso es un canto de amor a la confluencia de tesituras artísticas que hacen de la cualidad estética actual su fundamento, su razón de concebir y realizar, su parangón universal.



          • Donde parten las palabras caben los sentidos,

          • rompiste el vértigo al ser madre por placer

          • donde el amor se siente, hay en el océano de tus ojos

          • una herida cálida, sombras con párpados cerrados,

          • ventanas pintadas, labios rojos y ceniza en la barbilla.

          • (José Álvarez Vélez).









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