20 de julio de 2011

JOSE MARÍA CUNDIN (1938) / LA SUTILEZA Y SU CONTRARIO


  • Si es como dice María Zambrano, que la mano debería colaborar, sin duda, dibujando, en esta simbiosis del sentir y entender, el vasco, residente en Nueva Orleans, CUNDIN, lo defiende, sin necesidad de consignas, desde un sentido armonioso de un caos lumínico que brota sobre la luz, le da sabor y perfume, multiplica la onda que crece en la mirada y permanece con el latido a flor de piel.



    • Después está la otra vertiente, esa de eliminar la belleza y sustituirla por la expresión, que el artista concibe como horma de su zapato, que contiene un alma caricaturesca, vehículo de gramática parda pero confabuladora de designios pictóricos recitadores.



      • En conjunto, si hay un descubrimiento -me remito de nuevo a Zambrano- es que hay expresión de libertad y encuentro de una realidad prometida que al fin accede a hacerse presente, a dar la cara. Realidad que se descubre y sintetiza, se forma entre desvelos, tocando espacios, guiándose bajo los colores y dentro de ellos, examinando las raíces que se funden, y esperando, siempre esperando.




        • A veces, en épocas como ésta en que vivimos,

        • donde todo está desencajado y revuelto,

        • grandes especialista construyen férreos y blindados tarjeteros.

        • Siempre ocurre lo mismo en los días de gran confusión y desarreglo.

        • Y en un siglo tan caótico como el nuestro,

        • surge de pronto una mecánica perfecta de definiciones y clasificaciones.

        • Y se dice: todo está puntualizado y archivado.

        • (León Felipe).















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