7 de noviembre de 2012

ALFREDO CASTAÑEDA (1938-2010) / FUI UN EREMITA

  •  Produce desconcierto una pintura sobre un solo personaje que se repite en distintas situaciones y espacios, con los mismos rasgos caracterizados de acuerdo a la simbología de una soledad que se trasplanta idéntica según los interiores desnudos o los exteriores que despiden el mismo efluvio de desamparo y retiro.    
  •  ¿El hombre o un hombre como un eremita contemporáneo? ¿Es la ficción plástica de raigambre clásica con un acento alegórico? Desde luego, en este caso el mito se desvanece, la apertura de enfoques, tan depurados, tan equilibrados, tan místicos, nos somete como espectadores a un ejercicio de introspección basado en esa figura ermitaña que en sí misma, a pesar de su hermetismo, es todo un nudo de significaciones.   
  •  Para el mexicano CASTAÑEDA el ascestismo es la fórmula creativa que ha desentrañado estilo y forma, pero adquiriendo y enfatizando en su representación el cenit de un imaginario visual que se transmite con una fisonomía inconfundible y nunca vencida.   
  • La universalidad del roce,
  • del frotamiento, del coito de la lluvia
  • y sus menudas preguntas sobre la tierra.
  • ¡Qué engendros para una nueva raza!
  • ¡Qué nueva descendencia del hombre y de la piedra!
(José Lezama Lima). 

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