13 de febrero de 2013

ARCO 2013 / PASEN, VEAN Y ALLÁ LO QUE SE CREAN


  •  ARCO 2013 es una versión continuista y continuadora, nada dada a las sorpresas pero siempre con la salvaguarda de disfrutar de grandes obras. Lo moderno y lo contemporáneo ya son prácticamente uno solo y me da lo mismo que a un SAURA se le encaje en un módulo y a un ROIG en el otro.   


  •  Citar a los autores más representativos es un preferencia de códigos y lenguajes que no vienen al caso. Sí, en cambio, resaltar las muestras de abstracción tanto lírica como matérica, algunas esculturas que merecen el título de apóstatas y alguna instalación que otra. Bien es verdad que sobran muchas chorradas que se se hacen pasar por lo que no son, pero son más las auténticas, que nos seducen y atraen, que nos sensibilizan y hasta nos hacen contraer ciertos compromisos con ellas.  



  •  Otra cosa que merece un estudio de largo alcance es el inmenso ganado que un día como hoy, dedicado a profesionales, inunda esos espacios. De arte, que me perdonen, no tienen ni puta idea, pero de besos, saludos, fariseísmos, dinero (aparentemente) y tontería, como para dedicarle toda una feria, pero de las inefables.  Y el reduccionismo del léxico que utilizan hace ininteligelible cualquier forma de sintonía sobre lo que estás contemplando. Se limita a fíjate cómo lo hace, se parece a mi tía Desideria o es chocante así colgado. Impresionante, oiga.         


  •  La verdad es que siendo una vez al año no hace daño y se conecta con manifestaciones artísticas que nos familiarizan con un producto humano que en sí mismo no huele a podrido y corrupto, nos plantea la observación y análisis sobre nuestra especie y su creatividad y no nos condena a ningún infierno, aunque no nos engañemos nos incita a pensar en él más de una vez.   


  • Que se consuma el tiempo. Que la carne muera. Que la vida pase
  • si no son como al hombre le apetecen, 
  • de su estatura y dignidad.

(Ramón de Garciasol)

Reproducciones de obras de Alberto Reguera, Hugo Fontela, Max Neumann, Katharina Grosse y Secundino Hernández.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PAUL CADDEN (1964) / NO SIN EPITAFIOS