6 de febrero de 2013

REINHARD STAMMER (1952) / SOMOS COMO APARECEMOS




  •  Los artistas alemanes siempre se han significado por pulsar unas tribulaciones que bailan con lo abominable, lo desdichado, el sufrimiento, la violencia y el hedor de los cuerpos en descomposición. Me atrevería a decir que con su expresionismo han dado lugar a una metafísica del suplicio. 


  • STAMMER no podía faltar a esa tradición, él mismo victima de aciagas vicisitudes que han influido poderosamente para dar realidad a un canto del cisne chirriante, un repertorio tan vivo que si lo encontramos de frente lo saludamos y le deseamos el mejor viaje a las desventura.




  • La plástica no tiene que andarse con remilgos, pues ya es hora de reconocer que una belleza sórdida sea el gran acontecimiento visual que está produciéndose. Nosotros, espectadores, estamos invitados como intérpretes, además de entregarnos como la carne de cañón que apuesta a perder con la soledad.




  • Algo queda con carne malherida
  • y con dolor y soledad del mundo
  • en mi triste hombredad desengañada.

(José Luis Cano).   
   

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