26 de octubre de 2013

CLARISSA CESTARI (1977) / NO HAY PRINCIPIOS NI FINALES


  •  Todo está muy medido y muy configurado en estas obras realizadas con procedimientos especiales, complejos, para que después su articulación pueda surgir a modo de madeja metafísica libre, que se queda corta en ese espacio neutro pero que el espectador la hace proyectarse fuera de él.    


  •  Hay olas, mareas, que envuelven y se encrespan como si fuesen tempestades o turbiones metafóricos que nos sumergen a todos en una visualidad que no deja resquicio ni margen para obtener un refugio. 


  •  Son piezas que anudan y liberan, que estrechan y aflojan, que son núcleos que se desenvuelven de forma orgánica, animal y vegetal, pero que nos impulsan a otras latitudes del pensamiento y de la vivencia.

Todas las mujeres que conocí
están desnudas, bajo la lluvia desnudas
poco a poco hundiéndose en el lodo
de la memoria, y cayendo
como pelotas a lo largo
del barranco que mis manos no tocan;
y tienen frío, y lloran, y aúllan en vano
y se tiran de los pelos para sentirse en vano
en el país de los muertos.
(Leopoldo María Panero) 

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