18 de febrero de 2014

RODNEY BATISTA HERRERA (1988) / BUSQUEN SITIO


  •  Escribían Saehrendt y Kittl que el arte de los sentidos quiere sobrecoger, entregar carnaza para los ojos, quiere engañar, perturbar, herir, y, de esa forma, provocar sensaciones, es igual que sean positivas o negativas. Con tanto trueno de tramoya se queda amortiguada la pregunta acerca de la calidad.


  •  El cubano BATISTA en sus fotografías tan desgarradas y patéticas, conforma una visión de ultratumba con dosis humorísticas, con pesadillas y premoniciones, con condenas sin absoluciones, con cuerpos medio en descomposición pero los rasgos emocionales del sufrimiento.   


  •  Tales imágenes son el yo de nuestra carne, o así lo pretende el artista, que están en la tumba sin haber sido recién nacidos porque la vida no les dio tiempo para eso y para nada. Esa es una lectura y otra la que ustedes mismos quieran imaginarse con la mirada fruncida y los ojos medio cerrados. 

No dirá
sí señor
dirá viejo podrido
rezará palabrotas
despacito
y dos veces al año
pensará
convencido
sin creer su nostalgia
ni culpar al destino
que todo
todo ha sido
demasiado sencillo.
(Mario Benedetti)

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