22 de septiembre de 2014

ADRIÁN GHENIE (1977) / EN LAS OSCURAS MANOS DE LA PINTURA


  •  El autor se enfrasca en un mundo cromático en el que juega el pasado y el presente, refuerza unos espacios abstractos de los que una figuración borrosa, indefinida, solitaria, perdida, surge. Es un genuino hacer desde una perspectiva en la que confluyen lenguajes y acentos que al final conforman un canto a la densidad empastada, a la muerte concentrada en su propia desolación de gamas y tonalidades.   


  •  Para el rumano GHENIE la pintura debe ahondar sobre sus mismos rudimentos, debe apropiarse de todas sus fuentes y caudales, contextualizar el tiempo y su localización, entregar un cuerpo poético que remueve emociones y determinaciones.  


  •  Este artista es, indudablemente, un conjurador de todas las posibilidades de plasmar y trazar personajes, situaciones, búsquedas, que den como resultado una creación que afila el cuchillo de las somnolencias y que habita sin máscara en las pesadillas no predestinadas del alba.

Cerradas puertas, negras torres mudas.
Cadáveres de niños y campanas.
Gesticular de euménides y dudas.
(Conrado Nale Roxlo)

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