26 de enero de 2015

MIKE TRACY (1951) / CONFÍO EN QUE NO MIENTAN


  •  Si no vale la pena vivir una vida no criticada (Sócrates), tampoco lo vale el que no seamos autorretratados y caricaturizados, pero con la condición de un lenguaje luminoso que permita el júbilo de la mirada cuando se produce el reconocimiento. 


  •  Reconocimiento que, al final, el americano TRACY, sitúa en el contexto de una sociedad confusa, caótica  y atribulada del presente, dejando que sus personajes se conviertan en carnavalescas efigies en libertad de callar, decir, sufrir, tocar, cantar, mentir, disparar o volar. Ellos son los señores de su espacio y no acatan dogmas que no vengan cifrados.   


  •  Desmitificar desmitifica a la vez que deforma y desaliña. Pero también embellece y parodia, además de conformar en el estilo de la mejor tradición y embelesar con una plástica de la fealdad y del tiempo sin marcha atrás. Conjuga, pues, lo que es conjugable y arma una desazón de fondo para que no nos quedemos en la superficie.   

No me escandalizaré cuando una lenguas murmuren puta, no,
porque yo reclamo con desesperación esa tregua
que me haga sentir hembra.
(Ana Isabel Serrano)

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