3 de octubre de 2016

FREDY VILLAMIL (1980) / LA CLARA CONCIENCIA DE LO QUE VOY HACIENDO

  •  Al cubano VILLAMIL ya le dediqué mi atención en este blog el 4 de enero de 2014 porque la magnitud de su pintura demuestra que las raíces estaban bien agarradas, la memoria plástica mejor enganchada y el prontuario figurativo acaparando lo más profundo.     
  •  Porque en sus cuadros caben todos los valores, tanto los formales como los espirituales, tantos los abstractos  como los concretos, tanto los rítmicos como los sedentarios. La diversidad lingüística como la cromática se explayan y derivan en una visualidad desbordante y en una significación que abre muchas fronteras.   
  •  Si la verdadera función del arte es expresar sentimiento y transmitir comprensión, su meta está más que lograda. Pero además la abundancia y penetración de su concepción creativa da más extensión y hondura a sus contenidos, a las simetrías antillanas de un imaginario tal real como fantástico. 

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