23 de diciembre de 2008

LUCIO FONTANA / HERIDA


Es una herida que nunca cicatriza, que nos acompaña hasta la muerte sin ser ella la causante de la misma.


Lucio Fontana, artista italiano nacido en Argentina, impulsador de un movimiento que se denominó espacialismo, no ocultaba sus intenciones en cuanto a transferir la violencia al lienzo con el fin de que la afrenta infligida constituyese un manifiesto antiestético sin dejar de ser un objeto plástico.


Del corte no fluye sangre ni vísceras, sólo una inaccesible quimera sobre lo que hay detrás o deja de haber. Una ironía en que la mirada rebota hasta hacerse mediadora de la simulación, ya que no hay otra lectura, sería imposible conciliarse con ella.


Yo me despido del malecón y de mi amigo Humberto por unos días. La muerte, tierna en su agobio, vigila de cerca a mí y a los míos, y estamos tratando de escapar aunque sabemos que es inútil. Ya cobró a tanto la pieza por uno de nosotros. Por lo menos le llevo ron para nos haga el tránsito más fácil.

22 de diciembre de 2008

CHAIM SOUTINE / HÁLITO DE MUERTE


La muerte ni siquiera se ha anunciado con el tiempo suficiente, llega y no saluda. Después nos deja contando los que estamos y quedamos.


Por eso, en esta ocasión me regocijo de ello con el artista ruso Chaim Soutine, porque para él, en contra de lo que decía Antero de Quental, todas las fantasías espléndidas de la noche valían más que los miles rayos de luz del día.


Y también cabe aquí lo que decía Aldous Huxley a propósito de Brueghel, "todo buen pintor inventa una nueva manera de pintar".


Soutine nos despertó del sopor, acabó con la rutina, porque el desagradar formaba parte de su destino y hasta Proust aseguraba que el placer que un artista proporciona es darnos a conocer otro universo más. El suyo se transparentaba en el nuestro.


Este gran pintor lo ha hecho desde la soledad y siempre presintiendo la muerte.


Mi amigo Humberto llegó al malecón y me recitó:


Como abrazao a un rencor

yo quiero morir conmigo

sin confesión y sin dios,

crucificao en mis penas,

como abrazao a un rencor.


16 de diciembre de 2008

KURT SCHWITTERS / UNA APUESTA


¿Puede un artista utilizar como medio de expresión lo que le venga en gana? Kurt Schwitters, artista alemán, lo tenía claro, nada podía impedirle que sus collages se construyesen con toda suerte de residuos. Dice Julián Gállego que la poesía vuelve con más afán cuando la echan a puntapiés.


Y consiguió una obra que a través de esos desechos nos habla de la vida, de que ella, a pesar de ser expulsada a la intemperie, se agarra y acopia esos objetos para componer plásticamente lo que pudo haber sido y lo que bellamente pudo haber representado.


Él ha sido el artífice en la formación intuitiva de esos signos, de esas señales que vamos despreciando y dejando. Él ha convertido en arte el desdén y la repulsa. Y también ha perpetuado las señales de una época desventurada e ingrata.


Mi minúscula perra lanuda, Goya, me pide insistentemente que le dé un paseo por el malecón, tiene concertados encuentros impostergables. Según va cayendo la noche en nuestro trayecto, mi amigo Humberto, Goya y yo, constituimos un trío que siente el pavor ante las fuerzas desatadas que pueblan la oscuridad. Goya, desesperada, no halla lo que buscaba, y nosotros, junto con ella, trasegamos las esencia del ron para que se nos olvide el mañana.

15 de diciembre de 2008

URBANO LUGRÍS / CARPE DIEM


La bohemia alcanzó un jubiloso significado cuando el artista gallego Urbano Lugrís hizo de ella un encuentro con los arraigos y las fibras más recónditas del alma gallega.


Pintura que nace del himno a ese mundo en el que se entrecruzan leyendas, mitos, fábulas y tradiciones, su obra le da el hálito que necesitaba merced a esa magia del color que sólo un pintor como él puede crear para que nuestra mirada llegue a donde él quiere que se pierda y errabunda penetre en otro ámbito.


Pintura de amplios espacios de tonos suaves, festivos y melancólicos, de mares que son desiertos de luz, de ritos que se celebran por medio de la poesía de un tiempo que el óleo pigmenta de realidad inalcanzable.


Galicia nunca debe olvidar a Lugrís pues de hacerlo arrasaría una parte de sí misma, quizás una de las más esenciales y vitales.


Mi amigo Humberto no se entiende con el pincel, ni con su mano, se pasa el tiempo mirándolos y tratando de dialogar con ellos, pero no hay manera, no se ponen de acuerdo si pintar en yeso un malecón ebrio y lúbrico o en acrílico un cadáver nostálgico de verdades sin mentiras.

13 de diciembre de 2008

LUIS FEGA NO INDIFERENCIA


Ante la superficie del lienzo, a la hora de emprender la aventura pictórica, no se puede ser indiferente, siempre tiene que haber una intuición en carne viva, que derrocha pulsaciones imprevistas en su forma pero previstas en su contingencia.


Luis Fega, artista asturiano, es de esa raza de pintores que explota el vigor que lleva dentro, que lo traza como ondas expansivas que son producto de un confinamiento interior que necesita luz, explosión total, nubes de color nuevo, virgen.


Ésas son las opciones de un pintor que no tiene sueños, que es un insomne permanente dentro de un cuadrilátero en que la tensión entre el vacío lleno en que quisiera darramarse y las riadas cromáticas conforman cielos flotantes en que el espectador se adivina en cada corriente que avanza o retrocede. No es una bóveda de sacrificios sino dionisiaca y en perpetua celebración.


Al oído, mi amigo Humberto me cuchichea que el malecón al igual que Sambi, el dios congo, elabora la sangre que da vida al hombre y luego le sopla por el oído la inteligencia. Y a nosotros, pobres yakaras, nos ha condenado a la mala sombra. ¿Quién pedirá por nuestras almas cuando no sepamos ver a través de ella?

12 de diciembre de 2008

ALBERT KUBIN / LA FRAGANCIA DE NUESTRO SER

Hilton Kramer admitía que hoy en día, sin una teoría que le acompañe, no puede ver un cuadro. Sin embargo, para contemplar estas dos obras del artista austriaco Albert Kubin no hace falta tesis alguna, ellas son su propia hipótesis y conjetura.


Lo que me fascina no es su heterodoxia respecto al espíritu de la época, su visión grotesca, su búsqueda de lo repulsivo, sino la precisión de una alucinación que conjura plasticidad y parodia con los efectos surgidos en las creencias y en las derrotas de una razón ultrajada.

Inquieta esta propuesta porque son cirios encendidos en unas tinieblas que ya están cansadas de guardar secretos inconfesables. Kubin, con su producción, ha ayudado a aligerar esta lista negra, pero aún queda una larga hilera de imágenes encubiertas ansiosas por salir a la luz.

Mi amigo Humberto está preocupado. Le han alistado en una brigada destinada a recolectar aceituna de mar. Él, en principio, trató de escabullirse alegando que desconocía tal fruto y que por lo tanto le sería muy difícil hacer ese trabajo. Todo fue inútil, tuvo que irse con el grupo. Yo me he quedado esperándolo pero han pasado tanto días y tantos rones que no sé si decirle al malecón que le escriba un buen epitafio para su resurrección.


10 de diciembre de 2008

ANDY WARHOL / NO ENCUENTRO


Cuenta Tom Wolfe que cuando en sus inicios Andy Warhol asistía a una cena de "alta sociedad" o del "gran mundo", se hacía tal lío con la interminable fila de cubertería plateada que se quedaba quieto, sentado, sin probar bocado. En una ocasión, una dama que tenía al lado le preguntó la razón de su falta de hambre, a lo cual él le contestó: Señora, yo sólo me alimento de caramelos. Después ya fue otra cosa, se convirtió en un auténtico experto.


Siempre consideré al pop art un movimiento de personajes, que buscaron lo fácil y lo encontraron, y al final nos dieron gato por liebre. Esa inmersión en la cultura popular y en los medios parece una operación de entronización de lo vulgar y en algunos casos de lo zafio. Pero lo quisieron hacer pasar por el arte de la segunda mitad del siglo XX, al que cogieron desprevenido después de tanto informalismo. Al final, y como era habitual, quedó atrás y todavía dejó huella, una huella demasiado pisada en la que ya no se distingue el origen de la planta o plantas que quisieron inmortalizarla.



Mi amigo Humberto va esparciendo por toda La Habana tarjetas de felicitación en las que están insertadas unas jaculatorias pintadas que protegen contra el mal de la vida. Así se apaciguan, según me dice, las sombras, nos permiten sobrevivir en paz y nos prestan la penumbra para que nunca olvidemos que somos víctimas de nuestra propia y particular tiniebla.

7 de diciembre de 2008

COSME PROENZA / RECREACIÓN


El artista cubano Cosme Proenza es un bicho raro en estos momentos del arte contemporáneo. Y es insólito lo que su pintura nos muestra pues nos está trasladando a otros órdenes, otras panorámicas que creíamos ya extinguidas.


De fastuoso virtuosismo, capta el mundo plástico que quiere recrear con un gran acierto y al mismo tiempo invoca una estética que siempre que estamos ante ella resurge porque nunca ha dejado de estar viva.


Es una llamada a la fantasía y a la historia del arte desde coordenadas que nuestra mirada tiene abiertas porque vuelcan nuestro sentido emocional en lo que forjamos día a día como bello, lo que tiene origen en la forma de ir contemplando y viviendo al mismo tiempo.


Y después está esa sabiduría escénica para que la obra tenga más impacto, y hasta un exotismo que la haga más seductora pues atesora la gracia incorpórea de la magia invicta.


Mi amigo Humberto quiere que lo múltiple coexista con su trabajo de deshollinador del tiempo de la pintura. Yo le digo que eso no es posible viviendo al lado de un malecón que lo ansía todo para sí. Y si nos acercásemos, le advierto, no cejará en ordenarnos que le construyamos un muladar a mayor gloria suya.

5 de diciembre de 2008

DUANE HANSON / NO NOS RECONOCEMOS


Esta escultura de Duane Hanson, al contemplarla en un museo o en una galería, nos parece que no tiene otro propósito que celebrar la fealdad de una humanidad tan próxima a nosotros. Sin embargo, en la calle, en nuestro entorno social y urbano, nos pasa desapercibida pues tenemos una visión clasificada de la realidad en función de nuestros parámetros vivenciales e ideológicos.


Ese encuentro de visiones es el después de este icono, que no ahorra sarcasmo e ironía ante nuestra propio asombro inicial y después una desorientación repleta de interrogantes.


Cada día son otros campos dentro de arte los que van tomando una posición que parte del despojo, del desecho, de la deformación, de la frustración e impotencia, para dejarnos una óptica más amplia de lo que puede ser, de lo que puede palpitar ante nosotros sin que nuestra mirada lo vea. Acerca a nuestros ojos la rutina impertérrita de lo que hacemos, un instinto de vivir sin misterio, el decurso indiscernible del comer, el dormir, trabajar y reproducirse. Estamos, pues, ante un acto de crueldad que se convierte en un fenómeno plástico.


Las olas en el malecón estaban vacías, con hambre de rehenes que devorar, pero mi amigo Humberto yo comprendimos que pronto estarían saciadas. Su llamada siempre enternece a algunos que piensan que ellas todavía están más desamparadas y necesitan el calor de sus vidas.

3 de diciembre de 2008

MAGDALENA ABAKANOVICZ / MULTITUD


Me atengo a Ernst Jünger cuando asegura que la tarea de amueblar idealmente el espacio le incumbe al arte, que crea desde el silencio y desde lo invisible.Y añade una afirmación controvertida: el artista no inventa, muestra.


Esta artista polaca exhibe una multitud sin cabeza. Una disposición escultórica que no marca límites al pensamiento de nuestra mirada, a los interrogantes de nuestros ojos cuando se pasean entre cuerpo y cuerpo.


Nos inquietan las ecuaciones que propone en tal encuadramiento, individuo y masa, silencio o griterío, inteligencia o espíritu y cuerpo, ¡una alegoría de la esclavitud inclusive!


Con arpillera y resina, se construye la uniformidad que no tiene presentimientos pues están depositados en las criaturas que como espectadores recorren esas filas de organismos pendientes de un gesto suyo que nunca tendrá lugar.


Y la homogeneidad decapita porque odia lo heterodoxo, lo diferente, lo que no puede predecirse. No es una advertencia, es una realidad. Por eso nosotros, al contemplarlos, tratamos de infundirles vida.


Hoy Manca Perro, un negro bozalón y cimarrón,ha bajado al malecón a contar una de sus historias. Mi amigo Humberto y yo nos acercamos a escucharle con temor pues sus relatos hablan de maldiciones y condenas. En esta ocasión habló de ceibas y persecuciones. No nos quedamos hasta el final, teníamos el alma corroída de tantos muertos esperando a nuestro lado.

1 de diciembre de 2008

ALBERTO GIACOMETTI / REMOTO


Las figuras son flechas verticales que quieren huir de la tierra a la que están firmemente ancladas. Son seres que carecen casi de cuerpo, que no ocupan espacio, que quieren deslizarse pero no pueden.


Giacometti ha urdido una humanidad con la materia del hierro pero sin la fuerza de su resistencia, con la fragilidad propia de un ente perdido, desorientado, que busca su lugar y no lo encuentra. Van solos o en grupos pero como esfinges obsesionadas en comunicarse la brutalidad nacida a pie de tierra de la que huyen, por eso estiran su efigie hasta donde creen alcanzar la meta de lo divino, de lo infinito en paz.


El escultor, en esa reflexión con sus esculturas, les exige que ya que les da vida, le proporcionen un refugio a la soledad y a la muerte, que dialoguen y debatan con él hasta el último momento, que le consuelen ante la falta de esperanza. Después, cuando haya desaparecido, continuarán haciéndolo pero ya serán otros los interlocutores.


Las sílfides desfilan hoy por el malecón. ¿Por qué serán bellezas tan transitorias? ¿Sería cruel solidificarlas y esculpirlas y dejarlas tal como están ahora en el paseo del muelle? No cabe duda de que serían un adiós halagüeño para aquellos que quieran suicidarse tirándose desde el muro. Recibirían una última mirada de ensueño.

28 de noviembre de 2008

FRANZ KLINE / ¿QUÉ ES?


Decía Schopenhauer que hay una "x" desconocida que se esconde por detrás de todo y que constituye nuestro propio ser.


En los grandes formatos en blanco y negro del estadounidense Franz Kline hay múltiples "x" para especular con ellas, pero el ser se confiere a sí mismo la naturaleza de monstruo, de insecto gigante que devora impurezas, gestos, designios, incluso destinos.


Fuerzas que entrechocan en lo oscuro fertilizan lo blanco para cargarse de energía y de fuerza, necesitan un espacio neutro para que las tinieblas que se agarran en la superficie controlen el caos y la rabia que se derraman cuando la luz se apaga.


Blanco y negro, el emblema siempre de un presente que no necesita ni futuro ni pasado. Presente que es presagio de tumba del ser, desde la que nace cada día otra forma viva que festejar al alba antes de ser engullida por la oscuridad devota.


Mi amigo Humberto y yo vamos hoy de visitas, son compromisos ineludibles que jalonan nuestro sino de vagabundos de un tiempo al que queremos darle estilo. Primero fueron los Hermanos de Serapion, después la Sociedad de los Abejorros, luego la liga de los Filartas, los cuales pretendían despertar el alma de su sueño, y por último, la Asociación de Disputas para el Tratamiento de Cuestiones Pendientes. Quedamos agotados y sin una gota de ron. La mala ventura nos sigue persiguiendo. Vamos a esperar en la penumbra a que pase de largo.

25 de noviembre de 2008

FRIDA KAHLO


Frida Kahlo, la desaparecida artista mejicana, tomaba de cada uno de sus autorretratos un instante de sosiego, un fragmento del tiempo que ya no tenía para calmar la agonía que la consumía.




La angustia de la espera queda reflejada en ese mundo estético que abarca de forma turbulenta historia y vida, arte y pueblo, sufrimiento y creencias.




Con una visión portentosa y mágica, transporta la dimensión plástica a líneas de expresión vírgenes, no holladas todavía, en que la vigorosa contextura pictórica afluye en toda su intensidad y no transige con el rechazo o la huida de nuestra mirada.




No podemos ignorar que es la portadora de un universo donde lo onírico,lo vital y lo real hablan, entre lamentos, de objetos evocadores, símbolos, paisajes, animales vivos y muertos, y que lo pintado tiene la cualidad de un designio que se contempla en el enigma que asoma en los ojos de la artista.




Mi amigo Humberto recorre incansable todo Miramar, llega al malecón y al primero que encuentra le pregunta la razón de que nadie le dé respuestas a sus preguntas. El mulato interpelado, ojeroso y zumbón, le contesta que no es tiempo de dudas sino de ir en caravana de leprosos con los pies descalzos.

23 de noviembre de 2008

DANIEL CLAVER HERRERA


Otro año más la Feria de Arte Independiente de Madrid y una vez más el artista y taumaturgo valenciano Daniel Claver Herrera, ofreciéndonos el soplo visible de la materia que se mantiene oculto para que su sombra no sea pisada.


Daniel es un pintor de percepciones internas que encuentra sedimentadas en tesoros de experiencias escondidas en el núcleo mineral de lo que yace en la tierra, y él lo reaviva, lo somete a un proceso de regeneración hasta obtener el fulgor plástico de su ser.


Al contrario de lo que piensa C.G. Jung, logra penetrar en los objetos que están fuera de él porque posee una puerta secreta que le permite acceder a ese sueño cósmico sobre el que se levanta su obra.


Él tiene dos rostros, uno dirigiéndose hacia adentro y el otro hacia afuera y como el Werther de Goethe, piensa: "me vuelco hacia mismo y encuentro un mundo". Y tampoco desdeña a Novalis, el ingeniero de minas, cuando dice que "lo exterior es un mundo interior permutado en estado enigmático".


Polvo de mármol, látex, tierras naturales, acrílicos, polvo de cáscara de almendra, betún, barniz, polvo de madera blanca, negro mate, humo de imprenta y plancha de hierro, éstos son los ingredientes de lo telúrico que deja encerrados y grabados en un frente de signos que son los continentes de un delirio terrestre que no promete divisar un fin.


La muestra de Daniel Claver, haya tenido suerte o no, haya o no mantenido al azar demasiado cerca, quedará en la memoria de lo contemplado por encima de lo visto fugazmente.


20 de noviembre de 2008

JUAN BARJOLA


Juan Barjola, artista extremeño, ha rastreado y batido desde su infancia sus tierras en busca de una verdad que las hiciese visibles.


Y es lo que ha hecho a lo largo de su vida, no a través de los predecibles signos de la sublimación sino mediante una insumisión consciente y deliberada a lo arquetípico. Lo ha llevado a cabo merced a la incrustación en el lienzo de la crudeza e inclemencia de unos unos suelos que gracias a la superposición escalonada de vertientes tonales inflama el espíritu primigenio.


Postula con ello un mismo destino y una misma suerte a tierras y hombres, ligados a trabajos ingentes, aridez y sequía. Un testamento en el que lo plástico recobra toda su energía para verificar que la metafísica de la materia custodia parte de una sustancia intangible.


Mi amigo Humberto me dice que se alimenta de fluidos salinos que se desbordan del malecón. Yo le advierto que esos nutrientes tienen tanta sangre que ahogan la vida y no dan derecho a ventanas con cielo. Estando de acuerdo, nos hemos puesto a ayunar para tratar de poner rumbo al limbo, ya que allí esperamos encontrar algo de ron por lo menos.

19 de noviembre de 2008

PÁVEL FILONOV / FORTALEZAS


Pável Filonov, artista gráfico ruso que fundó una escuela de pintura analítica en Leningrado, ha aprendido que en las distintas fortalezas o baluartes en que los hombres están encerrados, cada uno de ellos es el esclavo de una duda que se repite por patios, recintos, escaleras, muros y hasta techos.


En esta obra el silogismo surge de la tensión, de la fuerza, del movimiento y de la luz, que son los cómplices de ese pensamiento que se desvela. Cada nivel estructura un suceso plástico que se encadena al conjunto pero que guarda celosamente su autonomía de significados, de modo que el espectador pueda ordenar, con metódicas visiones, este aparente caos.


Al contemplarlo detenidamente también comprobamos que la duda es un grito de liberación y de emancipación que el pintor despliega para que sus múltiples autorretratos resquebrajen, aunque inútilmente, ese torreón y de esa forma poder escapar. Una premeditada alegoría de su tiempo y contexto histórico.


Un frío aliento de espíritus barre el malecón y nuestros soplos invisibles anidan en una escollera que constantemente recibe los nombres de las almas de los hombre que perecieron en aguas que maldicen lo que un día han bendecido.

18 de noviembre de 2008

HANS HARTUNG / ATISBO


Este estudio de Hans Hartung, pintor alemán que formó parte de la escuela de París, permite encontrarnos con un animal virtual que se debate en una agitación corporal nacida de su propia fuerza.


El pintor halló en el espectro los símbolos del movimiento que da lugar a que lo finito, cuando toma conciencia de la antinomia, se desenvuelve con la arrogancia de lo que se impone visualmente.


De todo ello se llega a una realidad intrínseca en la que la plasticidad adquiere el ser de sí mismo para sí mismo, igual que la alquimia cuando intenta dar forma al viento.


Y si la mirada, cuando se pose en él, siente el deseo de viajar por ese imaginario, hará que un súbito atisbo penetre en su memoria para siempre.


Una neurosis de angustia ha atacado a los habitantes del malecón bajo el crepúsculo. Unos están irritados, otros en estado de espera, aquellos con fobias o miedos, y los de más allá atrapados por vértigos, sudores, temblores, disneas y taquicardias. Un dios malsano, dicen, los ha condenado por no aclamarle con el fervor de los canonizados. Mi amigo Humberto y yo huimos de una epidemia que nos agarraría sin el ídolo protector adecuado, el que se pinta para no ir a la utopía del cielo.

17 de noviembre de 2008

LA ESCUELA DE ATENAS


Este fresco de Rafael deslumbra por su modernidad, porque compendia un sentido constructivo, arquitectónico, con una sensualidad cromática vigorosa y sutil a la vez, con una capacidad escenográfica insuperable para reunir toda la sabiduría de Occidente en un mismo espacio. Hoy sería una auténtica foto de familia, quizás sin esa magia para revivir el pasado en el presente.


Cincuenta y dos figuras rodean a Platón y Aristóteles. A la izquierda se observa a Pitágoras escribiendo y a Aristóxano de Tarento mostrando la tabla de su nuevo sistema de armonía. Al lado suyo Averroes, Heráclito y más apartado Demócrito de Abdera con la cabeza coronada de pámpanos.


Detrás de Pitágoras están los socráticos, Alcibiades, Esquino, Jenofonte y Aristipo escuchando a Sócrates. Y más allá los sofistas, Diágoras, Gorgias y Cristias.


Al lado de Platón están Espensipo, Menedemo, Jenócrates de Calcedonia, Fedro y Agatón. Y a la vera de Aristóteles, Teofastro, Eudemio, Dicearco, Aristógeno y más lejanos Zenón, Cleanto y Crisipo en representación de los estoicos. Tendido en las gradas se encuentra Diógenes, al que señala Epicuro ante Aristipo. Junto a Minerva y apoyados se hallan Pirro el escéptico, Argesilao con sus dudas e Hipias.


Debajo se encuentran Euclides, Tolomeo y Zoroastro sosteniendo una esfera. Y en un extremo el propio Rafael y el Sodoma.


Equilibrio, visión, ideario, virtuosismo, perspectiva, acervo, historia, filosofía, todo un resumen del pensamiento y la estética de su tiempo y del pasado, con una ventana puesta en el futuro.


Mi amigo Humberto anda en pos de la posteridad pero no da con élla, se le escapa entre la pasta y el pincel, o se le evapora en el barniz. Yo le digo que no la encontrará si no está lo suficientemente desesperado. Para eso todavía queda mucha penumbra, me contesta.


11 de noviembre de 2008

ALBERTO BURRI / HERIDAS


Cuando me encuentro casualmente con esta obra del artista italiano Alberto Burri, reflexiono, por una parte, en como nuevos elementos materiales abren otros ámbitos a la pintura, y por otra, en como esos mismos componentes constituyen realidades autónomas pero siempre ligadas a una conciencia estética basada en el conocimiento y el vivir del tiempo presente.


Burri ahonda en las heridas, en las rupturas, en los tejidos pobres que se remiendan, en metáforas que se esconden para poder sobrevivir. Araña la materia, ya sea plástico, arpillera, hierro, para que la expresión de una existencia que no acaba de ajustarse, que siempre está en quiebra y en trance de volver a construir sobre las ruinas, forme parte de nuestro mundo.


Y también aparecen los deterioros que causa el tiempo transcurrido, el que señala las circunstancias de cada ultraje o los accidentes que acarrean llagas que no tienen caducidad.


Vuelve el agobio a la isla. Todavía no ha dejado de zurcir para tener que recoser de nuevo. No deja de ser una maldición que acierta siempre en sacrificar a las misma víctimas; son tan fáciles de descubrir, tan asequibles, que no puede evitarlo, siempre están disponibles para su disfrute. Y sin embargo el malecón, deprimido por tanto despojo que se arrastra hasta él, grita para anunciar que hay un pueblo que no renuncia a vivir.




6 de noviembre de 2008

EDWARD HOPPER / LA CASA DEL DESIERTO


Es como si esta casa, de arquitectura colonial fuera de época, hubiese quedado olvidada en un paraje desierto donde no se ve a ningún ser humano, mejor dicho, ella es el ser humano que, aunque derrotado, deteriorado y marchito, no se deja vencer. Las vías del tren que se dejan asomar tímidamente son la prueba de que allí no se detiene ninguno, de que nadie rompe esa soledad impuesta por el infortunio.


Edward Hopper, gran artista americano, inclasificable, con ese sensibilidad para precisar la luz y sus sombras, el crepúsculo, la noche y su claridad, es un creador sosegado que vuelca en la pintura la autobiografía de una soledad y de un silencio donde no debía de haberlos.


Y por eso la casa queda ahí sola y callada, erguida a pesar de todo y resguardando su historia, envuelta en el halo de lo que transcurre ilimitadamente aunque su fin es seguir ahí, como un autorretrato que nunca ha de interpretarse pues ya lo dice todo. Hasta en su decrepitud es soberbia.


Días de abatimiento en que mi amigo Humberto y yo no encontramos en el malecón el mensaje seguro de salvación que nos corresponde. Hay tantos y todos son tan distintos que podemos equivocarnos. Nos cansamos de tanto bullicio y fragor y nos fuimos. Al fin y al cabo, la única salvación que conocemos es la penumbra.


PAUL CADDEN (1964) / NO SIN EPITAFIOS